Hoy voy a escribir sin detenerme, hasta que el punto y final me diga basta sin mesura, directo a los latidos. Pensarás luego cuál es el motivo de la expresión de mis palabras, que unidas, adquieren significados diferentes. Estas van ligadas a distintas experiencias, yo lo llamo esencia y tinta.
Hoy es un buen día, ahora es un buen momento para sentir el tacto de los dedos, de la respiración, sin buena caligrafía pero con gran presencia. ¿Dónde está lo etéreo?
La inspiración está dentro de ti cuando te expandes, y lo bueno de todo esto es que la creatividad es infinita, pero por diferentes razones la limitamos, incluso le damos patadas, reclusos de la no fluidez, del apego a fórmulas ineficaces, que no se adaptan a tu océano, que no canalizan, que solo se centran en alimentar lo banal, la bestia que devora poco a poco a los individuos que no saben ser ellos mismos dentro del grupo, porque no salen de su sesgo de manada de ovejitas.
Hoy es un buen día para saltar, para hacer garabatos que llenos de belleza inacabada se unen contigo, sí, te llames como te llames, estés donde estés. Si por instantes sientes esto, en las disciplinas en las que centres tu potencial, estás conectado con una parte de tu ser, te sientes realizado, pues entonces, no tengo más nada que decir; al menos, de momento.
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